EL VALLE DE LOS CABALLOS (Jean M. Auel)

Hace unos días os hablé de El clan del oso cavernario, primer libro de la serie Los hijos de la Tierra de la escritora Jean M. Auel. Como os dije es un clásico del que tenía muchas opiniones positivas pero al que yo nunca encontraba el momento de leerlo. Y en cuanto lo hice me encantó y rápidamente corrí a por el resto de libros (a día de hoy he de decir que sólo he leído hasta el tercero). Pues bien, este es el segundo libro de la saga.

Datos del libro.

Autora: Jean M. Auel
Nº de páginas: 570
Año de publicación: 1982
Editorial: Maeva

Sinopsis.

Tras ser expulsada del Clan del Oso Cavernario, la joven Ayla decide buscar a los que son como ella, los cromañones, y emprende un viaje lleno de peligros y aventuras hasta que encuentra una cueva donde refugiarse durante un tiempo. Su extraordinario instinto de supervivencia y su mente inquieta la conducirán a grandes descubrimientos, como hacer fuego "de piedra" y domesticar animales; entre otros a la yegua Whinney, que se convertirá en su fiel compañera. Además tendrá que combatir la soledad y el dolor por ese hijo de "espíritus mezclados" que tuvo que dejar atrás.

El destino conduce a Ayla hasta Jondalar, un zelandonii herido, a quien lleva a su cueva para curarlo. Durante unos meses comparten habilidades, aventuras y sentimiento.

Opinión.

Ayla se ve obligada a abandonar el Clan por sus diferencias con Broud cuando este se convierte en jefe del clan. Ahora es una adulta, o al menos una adulta de la época, y tiene que aprender nuevamente a sobrevivir sola como hizo cuando tenía 5 años y el Clan la adoptó.

Su propósito: buscar a los Otros, los que son como ella y diferentes al Clan. Pero en su largo viaje necesitará encontrar refugio para pasar el invierno y así llega a un valle donde suelen pastar caballos salvajes y donde encontrará una cueva para vivir. Veremos a Ayla recolectar, cazar y afrontar sola los problemas que surgen y para los que va encontrando nuevas soluciones. 

Pero su estancia en la cueva se alarga ya que adopta a Whinney, una cría de caballo que queda huérfana, cosa que Ayla no soporta tras dejar atrás a su hijo por el que sufre cada día. Esto, unido al miedo que siente por un posible rechazo, hace que cada vez vaya aplazando más el momento de volver a partir.

Área habitada por cromañones

Al mismo tiempo dos hermanos de la tribu de los Zelandonii, Thonolan y Jondalar, han partido de su tribu para realizar el viaje, un periplo por la orilla del Gran Río conociendo al resto de tribus de cromañones. De este modo iremos descubriendo sus costumbres, muy diferentes a las que Ayla aprendió con el Clan. La novela alterna un capítulo de las vivencias de Ayla y uno de los hermanos zelandonii hasta que finalmente el azar o la desgracia unen a Ayla y Jondalar.

La historia me ha resultado muy interesante, sigue perfectamente el hilo argumental de la primera parte. Y a pesar de que seguimos en la misma época, no me ha parecido cansada en el sentido de que aquí se nos muestra el choque entre culturas. Si bien en el primero conocemos como viven los neanderthales, Ayla sólo tiene cinco años cuando la acogen por lo que las diferencias y encontronazos entre culturas se deben al aspecto diferente de Ayla, y no tanto al modo en que se comportan.

En esta segunda parte en cambio veremos que las diferencias entre unos y otros van mucho más allá. Tienen un concepto diferente de la vida, desde la espiritualidad hasta el concepto de la mujer y su posición dentro del grupo. 

Por ponerle un pero, se me ha hecho un poco largo hasta llegar al momento en que Ayla y Jondalar se encuentran. Está claro desde el principio que son dos personajes creados para encontrarse, pero hasta que eso sucede pasan muchas cosas que a mí me generaban impaciencia. Podría haber sido más corto porque disfruté mucho más el libro desde que se encontraron. Y no porque piense en la parte ñoña de la historia de amor que surge entre ellos, sino porque el verdadero conflicto se genera ahí. Ayla es cromañon pero no sabe expresarse ni comportarse con tal. Nuevamente tendrá que sufrir para adaptarse, esta vez a los de su especie, de los que no recuerda nada. A todo ello se suman los prejuicios que Jondalar siente y que trata de superar. Y es que el hecho de que Ayla haya vivido con el Clan, a los que él considera poco más que animales y que haya tenido un hijo de espíritus mezclados, le genera un cierto rechazo que en ocasiones no es capaz de controlar a pesar de la atracción irrefrenable que siente por Ayla.

En definitiva, si os gustó el primero, creo que la continuación merece la pena. Algo más flojo, quizá debido a que se pierde el factor de la novedad de la temática, pero igualmente interesante.